miércoles, 15 de octubre de 2008

Había una vez..

Había una vez perros y gatros que se vistieron de lluvias del sur. 
Cada gota de esa lluvia fue una palabra en viaje piel adentro,
 hasta instalarse en el hueso, el cerebro, 
el alma de quienes presenciaron este extraordinario suceso, 
sin saber, que esas gotas se anidan dentro lo necesario para madurar,
que se abren como flor-pájaro-peces y buscan solo entonces su camino de regreso 
a ese otro que espera agua, oxigeno para aliviarse, 
para ponerse contento (de estar vivo), para encontrarse otra vez.

Gracias Vicky!

Fran Werth
12.10.08